Blogia
Tiermes

San Cipriano y la Tarara

San Cipriano y la Tarara

A estas alturas cualquiera que haya ojeado este blog se puede preguntar: ¿y qué tiene que ver Tiermes con Marruecos? Bien, bueno, me encanta que me hagan esa pregunta, por eso mismo me la hago yo. Resultaría un tanto ridículo venir con el cuento de la huella árabe en Castilla, que la hay, como huellas de dinosaurios, pero no justificarían al ojo ajeno una relación entre Soria y el Parque Jurásico, ¿verdad? Me temo que es una percepción emotiva y por tanto subjetiva. Como lo de considerar la comarca de Tiermes el paisaje de mi infancia cuando en realidad sólo he pasado los veranos y las fiestas de guardar. Y será así, pero llegaba el día en que hacíamos las maletas y los males del alma me bajaban al estómago. Mis padres achacaban mis mareos a las curvas de la carretera, al olor a tapicería y tabaco del 850, pero la angustia empezaba la noche antes, cuando hacíamos la ronda por las casas de la familia para despedirnos hasta el año que viene. Por eso aprovechábamos la última noche jugando al bote en la plaza o comiendo pipas en el portalejillo. Y al amanecer, sin apenas haber dormido, me atrincheraba en el asiento de atrás mirando al pueblo que se alejaba cuesta abajo y desaparecía en el último remonte. El resto del año en Barcelona, pero teniendo al pueblo como medida de todas las cosas. Y eso es algo que no se quita uno de encima tan fácilmente, aunque ni siquiera se dé cuenta.
La primera vez que fui consciente de mi Tiermescentrismo fue en un concierto de flamenco en la sala Apolo de Barcelona. No daba crédito, estaban tocando la canción que cantábamos los mozos en las fiestas del pueblo aunque, eso sí, le habían cambiado la letra. La nuestra afirmaba la santidad de nuestro patrón pese a los rumores que le atribuían las malas lenguas:

"Dicen que San Cipriano desayuna con aguardiente,
Pero a pesar de todo San Cipriano es muy decente,
San Cipriano sí, San Cipriano no, San Cipriano niño de mi corazón.

Y dicen que San Cipriano tiene dos mujeres,
Pero a pesar de todo San Cipriano es muy decente,
San Cipriano sí, San Cipriano no, San Cipriano niño de mi corazón."

Se lo comenté al amigo que me acompañaba y me miró escéptico, como si hubiera dicho una barrabasada: “Es la Tarara”, me dijo. Más tarde descubrí que Lorca había utilizado la misma composición popular para sus propias creaciones y que Camarón le había dado voz. Lo mejor de todo es que mientras escribía estas líneas se me ocurrió buscar por Internet para enlazar con la tonada, y encontré una página donde se encuentra la letra y el archivo midide la Tarara, sólo que la presentan como canción popular de Soria cuya armonía es de un tal Jean Turellier, y cuya letra, a medida que va avanzando la canción, se hace más y más picante, tal y como la que yo conocía.
Ahora me falta por saber quién era ese tal Tureillier.

6 comentarios

Soros -

Va con un poco de guasa y otro poco de verdad, pero seguramente La Tarara es un elemento de unidad entre la gente que vive en España y seguro que un elemento de mayor aceptación que el himno nacional.
Un bonito relato. Saludos

anonima -

me gustaria saber el ciclo vital y el anual de la tarara;también el origen,evolución,necesidad por la cual fue creada y su historia.

Diario de un burgense -

Lectura recomendada:
"El cancionero de Castilla".
Hace años lo tuve en mis manos y me sorprendio el apartado referente al folklore soriano.
Saludos.

loli -

He visto el enlace en el foro de Marruecos y estoy encantada leyendo estas lineas catellanas pese a que estas sensaciones que comentais yo sólo las he sentido en relación a Marruecos .

Gemma -

Es curioso: yo también considero que el almeriense es el paisaje de mi infancia a pesar de que tan solo he pasado allí los veranos, y no todos. Conozco esa sensación de la vuelta a Barcelona: se me caían unos lagrimones conforme el coche dejaba atrás la casa de mis abuelos...

jgobrero -

Escuché hace ya tiempo, en un programa de Radio3 en el que presentaban el que por aquel entonces era el último disco de Radio Tarifa, que La Tarara era una canción de origen Sefardí. De hecho Radio Tarifa procura rescatar esas "reminiscencias" para su versión de La Tarara que por cierto está genial. En cuanto a San Cipriano me suena a tomateo (ay san ciprinao loco mueve la cintura...). En fin, que viva Chueca.