BSO
Volviendo a Mongolia, y para quitarnos el mal sabor de boca, en el desierto no sólo cantaban las dunas. En el MP3 llevaba mi propia banda sonora, y aunque las espinas del Gobi no besaban, la música de Lhasa les quedaba muy bien.
He venido al desierto pa irme de tu amor
Que el desierto es más tierno y la espina besa mejor
He venido a este centro de la nada pa gritar
Que tú nunca mereciste lo que tanto quise dar.
¿Dónde tentrá que irse Marta Nebot para olvidar la cara del infame?
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Gemma -