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Tiermes

Un lugar en el mundo

Un lugar en el mundo

Antes de la experiencia de Ibort, y sin relación aparente, Irene me había regalado Entre limones: historia de un optimista, una novela autobiográfica de un inglés, Chris Stewart, que se embarca junto a su mujer en la odisea de dejarlo todo para irse a vivir a la Alpujarra granadina, y no a cualquier pueblo pintoresco, sino a un cortijo prácticamente inaccesible, sin agua ni luz, pero con preciosas vistas. La novela está escrita años más tarde, desde el éxito de la aventura, y rezuma esa dosis de humilde arrogancia que otorga la satisfacción de haber cumplido los propios sueños pese a los obstáculos encontrados.
El cemento es tan áspero, y por extensión lo es también la existencia (porque mi existencia, por más que insista en alargar mis ojos a la Arcadia Termantina, tiene un decorado de hormigón y asfalto), que la tentación de imaginar paraísos naturales es demasiado poderosa. Es tan fácil dejarse llevar por los sueños, con que un día encontraremos un lugar en el mundo, que la nostalgia se vuelve del revés y nos encontramos mirando hacia el futuro atisbando entre las brumas.
El protagonista de la Fruta del tiempo cree que los deseos que se piden cuando vemos una estrella fugaz, no se cumplen porque sí, hay que ir a buscarlos. ¿Dónde? Le pregunta Eva. Del otro lado. Las estrellas, y nuestros sueños con ellas, caen en el hemisferio donde no nos encontramos. No podemos esperar que se cumplan por sí solos, hay que ir a buscarlos.


Pero lo más importante, es que he encontrado con quien quiero buscarlos.

2 comentarios

Joanna -

el post me viene ni que pintado, desde que vine del norte he tomado una decisión,no quiero seguir viviendo en un sitio donde las ventanas dan a antenas y a ladrillos, por ahora un sueño pero que tiene mucha fuerza, y claro que hay que buscar los sueños, ojala los regalaran...
No sé donde estará mi sitio, pero esta claro que aquí no. Un besote y fuerza para volver a la vida real despues de las vacaciones.

el de berlanga -

Querido vecino de Tiermes. la vuelta de las vacaciones es un tiempo propicio para la nostalgia por la Arcadia feliz, que es un lugar que no existe pero que si existiera estaría en nuestro desierto demográfico, allá por el alto Duero. Bienvenido. Se te echaba de menos